Se habla en todas las organizaciones de las medidas que se deben de guardar para reducir riesgos de contagios, en la realidad esto NO ha impactado en la conducta de las personas fuera de sus empleos, vemos que no ha funcionado por las evidencias que se presentan de cada día más infectados.
¿Qué se ha hecho mal?, ¿Qué ha faltado hacer?, ¿Qué debemos de aprender con esto?
Tengo datos de empresas que sus índices de contagio andan en 30%, esto conlleva a unas a contratar personal para que la operación no baje, los servicios no caigan.
En algunos casos las empresas han ya cerrado o están en puntos críticos que tal vez que el personal falte o se enferme no es tanto problema. Difícil cuantificar los costos empresariales, más los costos sociales, los costos personales que nos han sucedido, algo sencillo: a nivel nacional la caída del PIB, nivel de pobreza, empresas cerradas, empleos eliminados entre otros.
Y en las empresas, los grandes cambios en el precio de las acciones, la baja de las ventas y los ingresos, el importe de los pagos por ausencias, estos son algunos de los más visibles. Los costos emocionales y sus consecuencias estos en algunos casos son dramáticos, y no considerados, así como en el extremo “el costo a la sociedad de las vidas perdidas y el valor que esta tiene”. Indicadores que tratan de expresarlo es el “Valor Estadístico de la Vida “VSL” siglas en inglés, que asciende por persona de 4 a 10 millones de dólares, muy discutible pero un referente. Contiene variables como probabilidad de riesgo de mortalidad en el período, la utilidad de la riqueza si el individuo muere dentro del período, y la utilidad de la riqueza si el individuo sobrevive dentro del período. (STRATA: THE VALUE OF A STATISTICAL LIFE: ECONOMICS AND POLITICS)
Las organizaciones hoy día tienen que enfrentar una nueva forma de relación laboral, no solo es el teletrabajo, ahora hay más vínculos entre lo que sucede en la casa y en la vida de cada uno de los colaboradores con el lugar de trabajo.
Especialmente para aquellos trabajadores que deben de asistir a su trabajo, que es ahora donde me enfocaré.
Estos colaboradores requieren ver la relación tan trascendental de los cuidados que tengan en casa y durante los trayectos como fundamental para su salud, la de sus compañeros y la organización y como consecuencia la organización también requiere ver dichos cuidados en la vinculación colaborador familia, trayecto, costumbres y contexto que frecuenta, con el lugar de trabajo y los compañeros.
La vida personal que lleven y los riesgos que tomen en ella, los llevan a sus demás ambientes de desarrollo.
Ahora más que antes estamos todos más vinculados, o el virus nos va a vincular de forma contundente y altamente riesgosa.
Lo anterior nos lleva a revisar la forma en que los colaboradores se hacen o no conscientes de esta nueva y alta vinculación. La forma en que el jefe genera vínculos sobre el tema es factor determinante del resultado, y no tan solo lo que la empresa haga en cuanto a medidas generales de protección.
Se trata de una mayor intensidad en la vinculación con el jefe y sus compañeros.
La premisa que se llega a citar “el liderazgo ha cambiado”, esto ahora más CONTUNDENTE con lo citado, “SE REQUIERE TRANSFORMAR”, A NUEVOS CONTEXTOS, NUEVAS COMPETENCIAS.
Esas formas van desde el teletrabajo hasta la forma de ver de otra forma las relaciones con el colaborador.
Ahora es importante tener información de los contextos sociales de los colaboradores, y de su salud familiar, de la forma en que se traslada a su trabajo entre otros aspectos.
En un artículo publicado hace 2 años en diciembre 2018 mencione en un artículo aquí publicado, sobre la CULTURA ORGANIZACIONAL PREVENTIVA:
Iniciemos con el significado de PREVENIR dentro de la cultura de una organización.
Prevenir es adquirir la capacidad de poder imaginar sobre lo que puede ocurrir al realizar alguna acción y realizar las acciones necesarias que puedan garantizarnos el resultado esperado de lo que deseamos ocurra.
Evitar daños, identificar peligros, tomar acciones para reducir los riesgos, es un tema dentro de las organizaciones que visto de manera muy pobre, se enfoca a la salud, sin embargo, el tema no es menor ya que en cualquier tema que desarrolle la organización debieran tener acciones de prevención.
A partir de un concepto ampliado de la prevención enfoquemos esta hacia la cultura organizacional, donde:
Que los colaboradores de la organización se distingan en sus acciones por tener una CULTURA PREVENTIVA, debiera de ser el tema central y primero en que se enfoque las organizaciones para que a partir de esto puedan enfocar una parte hacia la salud y la seguridad en el trabajo SST.
Es importante que, si estamos creando la forma de establecer una CULTURA DE LA PREVENCIÓN dentro de la organización, nos vamos a enfrentar a dos grandes esferas que están entre la ESTABILIDAD / FLEXIBILIDAD y otra que va de la INDEPENDENCIA A LA INTERDEPENDENCIA.
Ahora vemos es necesario reinterpretar la “INDEPENDENCIA” de los colaboradores para su vida personal, ya que tiene más vínculos que los que habíamos pensado con su vida laboral, sin tratar de generar controles de esta, sino información para protección de riesgos.
Ahora somo unos portadores sin saberlo de posibles contagios, y por lo tanto, nosotros mismos somos factores de riesgo en función de las costumbres o hábitos que adoptemos.
Reducir el riesgo para nuestras vidas, nuestros compañeros, nuestros amigos, nuestra organización, lleva a que comprendamos los daños que podemos ocasionar a otros y a nosotros mismos. Estamos ahora de manera contundente en un modelo de INTERDEPENDENCIA, en el cual vivíamos antes pero no era tan palpable.
Las nuevas formas de abordar la realidad requieren de decisiones de las empresas sobre nuevas competencias de los líderes, en un enfoque PREVENTIVO dentro de la CULTURA ORGANIZACIONAL, que atenderá un fenómeno de contagio biológico que no sabemos cuánto dure. Y que aún dijeran que ya acabó el riesgo por contagios el día de mañana, eso no significaría que no permanezcan otros riesgos y que descartáramos las formas de protección que hayamos adoptado.
Estamos en un momento de TRANSFORMAR las formas de ver la productividad individual y colectiva, y de crear nuevas formas de relacionarnos, menos presencial y más a distancia.
Nos llevará a retos provocados por el aislamiento, que pueden ser desde: síntomas depresivos, individualismo, ansiedad, y otros por aparecer, ya que estamos haciendo algo en contra de nuestra naturaleza de ser seres sociables y vivir en contacto con otros seres humanos.
¿Estamos considerando estos cambios? o ¿Solo estamos atendiendo la urgencia del no contagio?
Estamos en buen tiempo de no solo pensar en el corto plazo, además hacer planes de mediano plazo y de hacer transformaciones en las organizaciones, con un enfoque hacia las personas, considerando impactos positivos en cambios de la cultura en ellos y en sus familias y hogares, con él único propósito de preservar la salud, bienestar y productividad.
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Sobre el autor
Benjamín Olivares Roig
Director
Sinergia en Competencias y Competitividad
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