Lo que sucedió el día de ayer en Palacio Nacional fue hecho histórico, la entrada en vigor de la llamada Reforma Laboral conforma un hito cuyo precedente más cercano podría ser la serie de avances en derechos labores ocurridos tras la revolución mexicana.
Un avance de esta dimensión en los derechos laborales en México es además un avance para la región y el mundo. No es un secreto que la constitución de la OIT –elaborada en 1919- incluyó en sus fuentes de inspiración la constitución mexicana de 1910 reconocida entonces por su sólido compromiso con los derechos laborales.
Si bien la Reforma –cuya primera fase de aplicación comienza el día de hoy- fue en gran medida catalizada en el marco del nuevo tratado de libre comercio entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) considero importante señalar que el espíritu de la Reforma es materializar los compromisos asumidos por México en la Declaración de 1998 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). En particular la Reforma cumple con los compromisos en material de negociación colectiva; libertad sindical, la eliminación de condiciones precarias de trabajo – especialmente con las personas trabajadoras del hogar- y la erradicación de la discriminación en el empleo.
Lo que sigue ahora será un proceso gradual de implementación de esta Reforma, proceso que indudablemente vendrá con los desafíos que todo gran cambio supone, sin embargo, el haber estado hoy junto a representantes de no únicamente del Estado sino también de centrales sindicales y de organizaciones de empleadores y ver en todas y todos ellos compartiendo el sentimiento de ser parte de un momento histórico me da una tremenda esperanza en que juntos y juntas haremos de este nuevo paradigma una realidad, y con ello, daremos contundentes pasos hacia un país y un mundo de justicia social.
Para la Oficina de la OIT en México será un honor acompañar este proceso histórico que supone un paso muy importante hacía un México moderno y que indudablemente generará más y mejores empleos decentes para todas y todos.
Fuente: OIT