Hace tres meses estábamos preparando el I Congreso Internacional del Riesgo Psicosocial en un mundo VUCA, pero la situación mundial actual, el COVID-19 ha modificado nuestros planes, nuestras vidas y el desarrollo social y empresarial. Es por este motivo que toda la población mundial debemos hacernos resilientes y aprender de nuestros puntos débiles, analizándolos, modificándolos y creando sistemas preventivos para que no se vuelva a repetir esta situación.
¿Qué es un mundo VUCA?.
Es un término creado por el U.S. Army War College, que proviene del acrónimo de Volatilidad, Incertidumbre (Uncertainty en inglés), Complejidad y Ambigüedad, descri- bían las características del nuevo marco geoestratégico al que se enfrentaba el ejército americano tras el fin de la guerra fría. Este término se utiliza desde finales del siglo pasado en estrategias empresariales, debido a las situaciones que se crean con los cambios constantes de los sistemas de producción, comercialización y comunicación, que dan respuesta a los avances científicos y tecno- lógicos, y los cambios socioeconómicos, políticos y culturales en un mundo globalizado.
Se dice que aún no conocemos más del 50 % de las profesiones de un futuro próximo. Esto nos genera Incertidumbre a la hora de escoger la profesión que debemos estudiar o aprender y si será de utilidad.
Las palabras que componen el término VUCA nos obligan a realizar estrategias de análisis y predicción a nivel grupal e individual en las organizaciones e identificar cuáles son las más adecuadas a desarrollar.
Para afrontar este mundo VUCA es necesario que las personas y Organizaciones sean capaces de adaptarse a las situaciones adversas. Resiliencia viene del vocablo latín “Resilio” que entre otros significados es “volver atrás”.
En muchas organizaciones empresariales cuando ocurre algún evento no deseado, tenemos la tendencia a: NEGAR, CULPAR Y EXCUSAR (“No, yo no hice eso. … Bueno, es que alguien me lo dijo…. Pensé que esa era la forma correcta, nadie me enseñó…). Todos estos conceptos nos bloquean a la hora de conseguir una mejora de la situación adversa y NEGAMOS NUESTRA RESPONSABILIDAD.
Esto provoca que no seamos autocríticos y no tengamos una conciencia de análisis de la situación y debamos modificarla en beneficio propio y de la organización.
Como dijo Thomas Alva Edison “No he fracasado, sólo encontré 10 mil maneras en las que no funciona”.
También nos dice Enrique Jurado, experto en Inteligencia Emocional, “El fracaso es una asignatura obligatoria para el éxito duradero”. Con ello, el afrontamiento resiliente nos hará estudiar cuáles han sido las situaciones de fracaso y cuáles serán sus modificaciones. Dice un refrán español “No hay mal que por bien no venga”.
Para ello, la ORGANIZACIÓN INTERNACIONAL DE NORMALIZACION (ISO) publicó el estándar ISO 22316-2017. Seguridad y Resiliencia – Resiliencia de la organización – Principios y atributos, adaptación de la Norma británica BS 65000:2014 de Resiliencia Organizacional, donde nos ofrece orientación para mejorar la recuperación de las organizaciones, sea cual sea su tamaño o tipo, ante situaciones adversas, pero sobre todo a prepararnos frente a las contingencias que puedan presentarse.
Estas necesidades han hecho que la sociedad haya progresado en lo referente a la tecnología, las relaciones laborales, las situaciones económicas, las relaciones sociales, etc. Aunque, en general, de manera tímida e insuficiente, tal y como demuestran las diferentes respuestas y el impacto que están teniendo los distintos escenarios VUCA. Es conocido, como en esta situación sanitaria mundial, los propios dirigentes de países nos dan informaciones contradictorias y divergen- tes de un día a otro, provocando ambigüedad en las acciones que debemos emprender; volátiles, señalando periodos y plazos que somos conscientes que se deberán ampliar; complejidad ante la gran cantidad de información tanto oficial como social (incluyendo las fake news que inundan las redes sociales). Todo esto nos genera una gran incertidumbre en los momentos en los que cada individuo debemos actuar.
Las organizaciones más resilientes deben prever y actuar ante las amenazas y oportunidades que ofrecen estos cambios inesperados dentro y fuera de la organización. El aumento de la capacidad de prevención, resistencia y recuperación debe ser un objetivo estratégico ya que es el resultado de una buena práctica empresarial y de una gestión eficaz del riesgo.
La ISO 22316-2017, nos da unas premisas y pasos a seguir para mejorar y planificar la resiliencia de las organizaciones,
- Se mejora cuando el comportamiento está alineado con una visión y propósito compartidos;
- Se basa en una comprensión actualizada del contexto de una organización;
- Se basa en la capacidad de absorber, adaptar y responder eficazmente a los cambios;
- Se basa en el buen gobierno y la gestión;
- Se apoya en una diversidad de aptitudes, liderazgo, conocimientos y experiencia;
- Se refuerza mediante la coordinación entre las disciplinas de gestión y las contribuciones de las áreas de especialización técnica y científica;
- Se basa en la gestión eficaz del riesgo.
En este mundo VUCA, las organizaciones deberán tener capacidades de preparación, resistencia y recuperación que deben basarse en la interacción y aplicación coordinada, eficaz y eficiente de factores estratégicos y operacionales.
En mi opinión, la ISO 22316-2017 refleja la evolución del famoso ciclo Deming, más conocido como “El circulo de mejora continua”, que se impuso en las empresas japonesas en los añoa 50 para mejorar la calidad de sus productos, mediante las acciones indicadas en el grafico siguiente:
Finalmente y enlazando con el principio de este artículo, quiero hacerles una reflexión relacionada con la situación mundial que estamos “padeciendo”. Todas esas normas y leyes promulgadas por los países del mundo con respecto al Riesgo Psicosocial Laboral (En México NOM 035-STPS-2018) toman mayor relevancia tras estos acontecimientos, donde habrá un cambio importante de los valores, experiencias y expectativas de la población trabajadora. Entre otras medidas, la conciliación familiar-laboral será prioritaria y se comprenderá la importancia de la regla del 8/8/8 (8 horas de trabajo, 8 horas de relación familiar y social y 8 horas de descanso), donde, hasta la actualidad, sólo se modificaban las horas de trabajo que repercutían sobre el resto de los tiempos.
AUDIT & CONTROL ESTRÉS, empresa puntera en aplicar instrumentos para el control del Riesgo Psicosocial y de la que el autor es Representante en México y EE.UU., creó el modelo R 3.0 Psicosocial (Responsable, Resiliente y Rentable) que recoge las características y actuaciones de las organizaciones resilientes. Entre los principales productos, disponemos de un cuestionario de evaluación de la resiliencia organizativa desde el punto de vista psicosocial, de modelos y cuestionarios para valorar las competencias resilientes, y, a raíz de la situación actual de emergencia, hemos creado un cuestionario para que las organizaciones puedan valorar el impacto del teletrabajo y confinamiento en sus equipos y orientar medidas para mejorar su experiencia psicosocial.
Por último, les dejo una reflexión realizada por la estrella del baloncesto de la NBA, Michael Jordan “He fallado más de 9.000 tiros en mi carrera. He perdido más de 300 partidos. En 26 ocasiones me confiaron el tiro ganador y fallé. He fallado una y otra y otra vez en mi vida, y por eso he tenido éxito”.
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Sobre el autor
El arquitecto Miguel Angel Olmedo López es Director-Gerente de I.S.I., Representante en México de Audit & Control Estrés y Máster en Psicosociología Aplicada. Asimismo, es Profesor del Master de Prevención de Riesgos Laborales en las Universidades de Barcelona; Universidad Politécnica de Catalunya; Universidad Europea y el Instituto en Pedagogía Aplicada (Monterrey, N.L.)