Para dar abordaje a un mundo de riesgos relacionados a los espacios confinados, NFPA crea una nueva guía para el ingreso y el trabajo seguro en estos espacios
En promedio, dos personas irán a trabajar esta semana en algún lugar de los Estados Unidos y no regresarán con sus familias como resultado del ingreso en un espacio confinado. Según datos del Censo Anual de Lesiones Ocupacionales Fatales, recopilados por la Oficina de Estadística Laboral, 136 trabajadores estadounidenses fallecieron en incidentes asociados con espacios confinados en el año 2015.
Las fatalidades producidas en espacios confinados se reportan habitualmente en los medios, a pesar de que el público en general podría no reconocerlos como tales. Estos espacios confinados y sus riesgos varían —existen diversos tipos de espacios confinados y diferentes riesgos en cada uno. Se encuentran no solamente en ámbitos industriales sino prácticamente en cada lugar de trabajo, entre ellos instalaciones comerciales, hospitales, universidades y hasta en granjas. En una granja en Michigan en 1989, cinco miembros de la misma familia, representando tres generaciones, murieron después de ingresar en forma consecutiva a un foso de estiércol, en un intento de salvar a sus familiares. El incidente se repitió en 2012 en Pensilvania, cuando un padre y sus dos hijos murieron también en un foso de estiércol.
Los espacios confinados son aquellos que son lo suficientemente grandes como para ingresar y efectuar algún trabajo en ellos; cuentan con un medio de entrada y de salida limitado o restringido y no están diseñados para la ocupación humana en forma continua. Estos espacios incluyen diversos tipos de tanques, bodegas en barcos, silos, bóvedas de servicio, calderas, alcantarillas, fosos de ascensores, contenedores, túneles y más. Las muertes y lesiones que ocurren en estos espacios son el resultado de riesgos que abarcan cuestiones de atrapamiento y ahogamiento hasta la asfixia y exposición a productos químicos tóxicos.
La historia de ingresos a espacios confinados sin incidentes no es un buen indicador de que el espacio sea seguro; es habitual que trabajadores perezcan en espacios en los que por muchos años se ha ingresado anteriormente sin registro de incidentes.
En muchos de estos incidentes, no sólo es la persona que ingresa a estos espacios confinados quien fallece, sino también su “rescatador” quien podría no ser consciente del peligro. En enero, en Cayo Largo, Florida, un contratista privado que se encontraba haciendo arreglos viales, ingresó a un pozo de 15 pies de profundidad para investigar las quejas de los vecinos producidas por desbordes de aguas residuales en alcantarillas. Aparentemente, el primer hombre descendió por el pozo y perdió contacto con sus compañeros de arriba. Un segundo hombre descendió buscando al primero, y también perdió contacto. Un tercer hombre descendió en una búsqueda desesperada por hallar a sus compañeros. Temiendo que los hombres estuvieran inconscientes, un bombero voluntario de Cayo Largo intentó rescatar a los trabajadores caídos.
Ingresó al pozo sin el equipo de respiración autónomo dado que el espacio era tan angosto, y quedó incapacitado en segundos. El bombero eventualmente se recuperó, pero los tres trabajadores fallecieron. Luego se comprobó que el espacio contenía elevados niveles de metano y de sulfuro de hidrógeno así como escasos niveles de oxígeno, probablemente como resultado de material orgánico en descomposición y de metales oxidados. Para dar abordaje a los riesgos que acompañan a los espacios confinados, recientemente NFPA creó un nuevo documento, NFPA 350, Ingreso y Trabajo Seguros en Espacios Confinados. La guía, publicada el año pasado, ofrece lineamientos relacionados con las mejores prácticas que pueden utilizar empleadores, empleados, propietarios de instalaciones y personal de rescate para asistir en la identificación, evaluación y control de riesgos en espacios confinados. Da abordaje a las brechas que no están cubiertas en las reglamentaciones existentes, simplifica la terminología sobre espacios confinados, y brinda pautas sobre competencias para quienes trabajan dentro de o en relación a los espacios confinados.
La necesidad de NFPA 350
Los espacios confinados contienen una amplia gama de riesgos que usualmente son designados como de naturaleza física o atmosférica. Sus limitados medios de ingreso y salida y el hecho de que no son diseñados para la ocupación humana continua, significa que a menudo contienen riesgos físicos que no existirían en espacios ocupados normalmente, tales como los expuestos a equipos eléctricos energizados que podrían resultar en choque eléctrico o electrocución y riesgos mecánicos tales como la rotación o movimiento de miembros que pudieran resultar en aplastamiento o amputación. Riesgos físicos adicionales podrían incluir el atrapamiento dentro de materiales sólidos o líquidos tales como granos o agua. Algunos de estos espacios son angostos o estrechos, lo que puede hacer imposible la salida.
Los espacios confinados están pobremente ventilados, dado que cuentan con aberturas limitadas y no están diseñados para que las personas trabajen dentro de ellos de manera rutinaria. Los riesgos atmosféricos en estos espacios pueden existir debido a los materiales almacenados previamente en ellos, tales como los tanques de almacenamiento de productos químicos. No obstante, muchos riesgos atmosféricos son menos aparentes, y son la resultante de la descomposición de material orgánico simple, como el compuesto por hojas o residuo en la base de un tanque y que puede crear una deficiencia de oxígeno, gases inflamables tales como el metano y sustancias tóxicas tales como el sulfuro de hidrógeno. Las fatalidades también pueden ocurrir en ambientes con deficiencia de oxígeno debido a la oxidación de los metales. Los espacios confinados también pueden contener riesgos tales como pendientes, superficies resbaladizas, ruidos y temperaturas extremas.
Estos son los riesgos inherentes a tales espacios—los riesgos también pueden existir en las regiones adyacentes a estos espacios y que pueden impactar sobre la seguridad del trabajador, por ejemplo, los gases de escape de un motor que ingresan al espacio confinado producto de operaciones cercanas o los riesgos que se producen cuando se remueve la tapa de un espacio confinado y se liberan materiales tóxicos hacia el aire que circunda la abertura. También pueden introducirse riesgos en un espacio confinado y pueden incluir productos químicos de limpieza, pinturas y equipos de soldadura en el trabajo que se está llevando a cabo. Los riesgos en tales espacios pueden variar a diario, requiriendo que los procedimientos de ingreso se modifiquen adecuadamente; por ejemplo, ingresar a una cámara para verificar la lectura de un manómetro requiere procedimientos diferentes de los que se utilizan para ingresar a la misma cámara para llevar a cabo la soldadura de una tubería.
Por esta razón, los riesgos de estos espacios deben ser evaluados cada vez que se produce un ingreso para determinar los controles requeridos.
Para dar abordaje a este enorme conjunto de espacios y riesgos, tres normas clave se utilizan para el ingreso a espacios confinados en los EEUU—OSHA 1910.146, “Espacios Confinados con Permiso Requerido”; ASSE Z117.1, Requisitos de Seguridad para Espacios Confinados; y la nueva Sub Sección AA de OSHA1926, Espacios Confinados en la Construcción. Estas normas brindan requisitos mínimos basados en el desempeño, a pesar de que es importante señalar que las normas basadas en el desempeño se enfocan principalmente en el resultado deseado—en este caso, evitar lesiones y muertes en espacios confinados.
De lo que las normas basadas en el desempeño en ocasiones carecen, es guía suficiente sobre cómo alcanzar esos resultados deseados. Y aquí es donde NFPA 350 cubre la brecha, ofreciendo muchos de los “cómo” que sirven a la seguridad en espacios confinados y que ayudará a empleadores a cumplir con una de las normas para estos espacios basadas en el desempeño. Por ejemplo, las normas OSHA requieren que los riesgos sean evaluados y controlados, pero no brindan de hecho mucha información sobre cómo hacerlo. NFPA 350 indica el “cómo” mediante información de apoyo en identificación de riesgos, monitoreo de gases, control de riesgos y provisión de ventilación. El capítulo del monitoreo atmosférico en NFPA 350 explica cómo seleccionar el monitor de gas adecuado, cómo calibrarlo e interpretar los resultados. También contiene información sobre interferencias y límites de la detección, y las mejores prácticas para el monitoreo de los gases. El capítulo sobre ventilación, explica los límites de la ventilación natural en espacios confinados y explica cómo seleccionar y configurar el equipo de ventilación en estos espacios. Se ofrece información sobre ventilación de atmósferas inertes y sobre conexión y puesta a tierra de atmósferas inflamables o combustibles; también contiene planos de configuraciones típicas de ventilación en un anexo.
NFPA 350 recomienda que todos los espacios confinados sean evaluados utilizando un formulario de evaluación previo al ingreso, una lista de verificación firmada para identificar y documentar los riesgos inherentes, introducidos, o adyacentes al espacio. NFPA 350 recomienda el monitoreo atmosférico de todos los espacios confinados sin importar si se ha anticipado el riesgo atmosférico. Este paso adicional verifica que las condiciones del espacio sean seguras antes del ingreso, dado que los riesgos atmosféricos continúan siendo una importante fuente de fatalidades en dichos espacios. Esta precaución de monitorear todos los espacios confinados previa al ingreso sin importar que el riesgo haya sido anticipado trasciende los requisitos de OSHA, y asume que el espacio confinado conlleva un riesgo atmosférico hasta que se demuestre que es seguro mediante la utilización del correspondiente dispositivo para el monitoreo de los gases.
Los resultados de las pruebas se registran en una evaluación previa al ingreso. Si no se encuentran riesgos físicos o atmosféricos, se firma el formulario de evaluación previa y no se requiere ningún permiso. Por el contrario, si existieran riesgos que no pueden ser eliminados por completo, se requiere un permiso completo emitido por un supervisor de ingresos previo a la entrada al espacio confinado. Este permiso indica las condiciones bajo las cuales podría efectuarse el ingreso y establecer los controles que deben ser utilizados para realizarlo.
Las brechas identificadas en las normas existentes también han sido abordadas en NFPA 350. A lo largo del documento, NFPA 350 hace referencia a riesgos inherentes, introducidos o adyacentes a los espacios confinados. Si bien la mayoría de los programas para ingreso a espacios confinados incorporan la evaluación de riesgos inherentes e introducidos, sólo unos pocos dan abordaje a los riesgos adyacentes. Ha habido diversos incidentes en los que se documentaron víctimas fatales, por ejemplo cuando un empleado se expuso a una atmósfera peligrosa adyacente a un espacio confinado que generó la caída del empleado dentro del mismo. NFPA 350 recomienda la señalización de tanques inertes para alertar a los empleados del riesgo de tales atmósferas adyacentes a espacios confinados.
NFPA 350 también reconoce que la demostración de competencias es clave para trabajadores que ingresan y trabajan en espacios confinados. Las normas OSHA identifican roles para el ingreso a espacios confinados, pero NFPA 350 señala las competencias específicas recomendadas y necesarias para quienes desarrollan tareas tales como monitoreo de gases, ventilación y rescate. NFPA 350 también reconoce que existen brechas en las reglamentaciones existentes sobre disposiciones sobre rescate. Ofrece además los elementos organizativos de preparación para emergencias con los que habitualmente cuentan los departamentos de bomberos aunque no necesariamente en un programa de rescate para instalaciones. El capítulo sobre rescate incluye información sobre planificación y evaluación previa al incidente, equipos de rescate y configuraciones y competencias de rescate. El documento opera en conjunto con NFPA 1670, Operaciones y Entrenamiento para la Búsqueda Técnica e Incidentes de Rescate, para los aspectos técnicos del rescate en espacios confinados.
Dado que muchos incidentes en espacios confinados se relacionan con el cambio, se incluyó en NFPA 350 un capítulo sobre Gestión del Cambio o MOC por sus siglas en inglés. El sistema MOC identifica y evalúa los efectos potenciales de las modificaciones en las configuraciones de los espacios confinados, equipos, materiales, contenidos y tareas. Un formulario de ejemplo para la MOC, que se incluye en un anexo, sirve para documentar que se han tomado en consideración los efectos de las modificaciones.
Finalmente, NFPA 350 cuenta con un capítulo sobre prevención a través del diseño o PtD, específico para estos espacios. El concepto de PtD busca iniciar un proceso de diseño para reducir o eliminar los riesgos y peligros inherentes asociados al diseño de las instalaciones, equipos y productos. El proceso de PtD puede minimizar los costos de control de mantenimiento y actualización y el uso de trabajosas medidas administrativas de control de riesgos. Si bien la implementación de los métodos ofrecidos mediante NFPA 350 mejorará la seguridad en espacios confinados, el único modo de evitar por completo los incidentes que allí ocurren es eliminando completamente dichos el espacio confinado mediante el diseño o el rediseño.
NANCY PEARCE, CIH, es ingeniera senior en protección contra incendios en NFPA y presidenta del Comité de Espacios Confinados de AIHA.
Source: http://www.nfpajla.org/archivos/edicion-impresa/ocupaciones-industriales-almacenamiento/1254-en-aprietos