El exceso de trabajo en Japón se ha convertido en un problema de salud pública.
En respuesta a las trágicas consecuencias del exceso de trabajo en Japón, El parlamento ha aprobado una reforma de la ley laboral. En ella, pone un límite de 100 horas extra mensuales. Así, espera poner fin a las excesivas jornadas de trabajo en el país asiático. Esta revisión ya fue aprobada por la Cámara Baja del parlamento nipón a finales de mayo. Además, incluye un tope legal de horas extra. Sin embargo, exime a los profesionales con altos cargos y mayor cualificación de límites en sus jornadas laborales.
La nueva regulación buscaría terminar con una cultura laboral extrema. Una situación que lleva a situaciones como el karoshi, muerte por exceso de trabajo. El Ministerio nipón de Sanidad reconoció la muerte de 191 personas en 2016 por este padecimiento. Principalmente, por derrames cerebrales y paros cardiacos. Además, otro informe del Ministerio de Trabajo sitió en más de 2,159 el número de suicidios. El límite legal de horas extra ahora se sitúa en 100 al mes y 720 al año. Esto, sobre la jornada habitual de 40 horas semanales. Hasta ahora, sólo existía una recomendación de que no se superaran las 80 horas extra al mes, una cifra que casi es una cuarta parte de las corporaciones niponas reconocen no cumplir, según datos gubernamentales.
En el caso de las grandes compañías la norma entrará en vigor en abril de 2019.
Para las pequeñas y medianas empresas, será oficial un año después. Al respecto, el primer ministro nipón, Shinzo Abe, declaró que la nueva legislación busca que los trabajadores puedan compaginar su vida laboral con el cuidado de los niños o los ancianos.
La decisión de que la legislación exima a los altos cargos de límites en sus jornadas laborales ha suscitado las críticas por parte de la oposición. Dicho grupo argumenta que fomentará las horas extra no remuneradas. Los trabajadores japoneses han recibido las nuevas medidas con escepticismo, con un 40% de los mismos argumentando que no creen que suponga una mejora en su situación laboral, según reveló una encuesta realizada por la agencia japonesa Kyodo el pasado mayo.
La propuesta del gobierno de Abe, se produjo tras conocerse el reciente suicidio de varios empleados del gigante nipón de la publicidad Dentsu, así como de un obrero que trabajaba en la construcción del nuevo estado olímpico de Tokio. Estos casos reabrieron el debate público sobre estas prácticas.
Fuente: ABC.es