La pirotecnia significa explosivos y eso también significa riesgos, los artesanos juegan continuamente con esos riesgos asumiendo que pueden perder manos, piernas y la vista, algo que han hecho por generaciones y que siempre han costado fuertes sumas en la carga que han hecho sobre los servicios de salud pública.
No sale en las noticias, pero continuamente los artesanos y sus familias tienen continuos accidentes en donde reciben tratamientos, operaciones y prótesis, costo que no está cubierto por impuestos de los artesanos.
Económicamente para el estado de México y otros estados en cuantía menor, la artesanía pirotécnica ha resuelto la sustentación de múltiples y numerosas familias y su producción participa en el producto interno bruto en forma sensible y ese aspecto más el aspecto humano valúa sobradamente la necesidad de apoyar a esa artesanía.
La pirotecnia que actualmente está teóricamente cada día más restringida, vive en forma natural del uso que se hace por cada iglesia y parroquia católica, en donde cada semana del año hay múltiples quemas de cohetones al celebrar su personaje representado por una virgen y santos a los cuales se les hace una celebración. De cada fiesta de pueblo y bodas y la venta no controlada de la supuesta pirotecnia de juguete.
Dentro de todas las celebraciones dentro de cada poblado consistentes en días de mercado, festejos bodas y sepelios, los niños juegan con pirotecnia de juguete, que no son juguetes de estallidos menores, ya que los niños desean cada vez más que sus cuetes acumulados truenen más fuerte y existen artefactos que pueden hacer perder dedos y manos fácilmente.
Cambiar costumbres y tradiciones es casi imposible, pero mucho se puede hacer si se procede a establecer una profesionalización desde la fabricación.
Si además de tratar de reglamentar la venta, se profesionaliza en forma de espectáculos controlados la quema de la pirotecnia, haciendo de su quema de luces, cohetones, toritos y castillos, la celebración de ferias especializadas con operarios capacitados que eviten accidentes y se produzcan espectáculos que significarán un volumen importante de pirotecnia, pero ya empleando los artificios electrónicos para el disparo y la música coordinada con los disparos ya todo con controles digitales que reducen casi totalmente el riesgo actual.
Todo esto constituye las ventas a través de un sistema que implica profesionalización, cosa a lograr si se establecen los productores independientes en círculos y empresas comunales, donde la producción como en china se haga con elementos prefabricados, seguros económicos y con armados prestablecidos.
En lugar de una bodega en cada pequeño lugar de fabricación, donde a veces los explosivos pirotécnicos ya elaborados se guardan debajo de las camas de la familia, se crearían para la producción lugares protegidos, polvorines, con estructuras adecuadas y el uso de tecnologías de aviso, extinción y supresión de explosiones automáticas, aislados adecuadamente.
La guarda sería en bodegas en donde se acumulen diferentes producciones de diferentes grupos de artesanos y de ahí se envíen a los compradores reduciendo muchos riesgos.
El mercado de san Pablito, pretendiendo ser un mercado de mayoreo, era un tianguis en donde los artesanos se habían extendido con mazos de cohetones reales alrededor de sus locales, venta de comida en los espacios periféricos y compradores a veces de un puñado de cuetes para uno de sus hijos, no debe haber un solo niño en un mercado de mayoreo, los locales disponían de energía eléctrica lo que permite el uso de parrillas en donde un pequeño corto circuitos podía causar un estallido, y el colmo una empresa envió payasos como si fuera una feria. No se cumplían restricciones de volumen de peso de explosivos ni distancias.
Reestructuración de la producción, guarda y venta con capacitación y formulación de grupos en lugar de individuos y nuevas formas de mercadotecnia van a producir para todos más beneficios.
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Sobre el Autor: Ingeniero Químico y Químico industrial, académico, consultor, asesor, investigador y profesional en ingeniería. Su meta antes de cumplir noventa años: concluir un doctorado. Actualmente, se desempeña como Presidente del consejo de Grupo Sivicon. Esta empresa está especializada en: protección física contra detonaciones ó explosión, diplomados sobre atmósferas explosivas (ATEX); y contra químicos de carbono, oxígeno, nitrógeno, hidrógeno, alcoholes y derivados del petróleo; técnicas de protección; selección de insumos contra chispas y combustión; y contra deflagración y detonaciones.