Desde que, con arreglo a la resolución 60/5, se adoptó el Día Mundial en Recuerdo de las Víctimas de Accidentes de Tráfico, la conmemoración de este Día se ha extendido a un número cada vez mayor de países en todos los continentes. Este Día se ha convertido en un instrumento importante de los esfuerzos desplegados en todo el mundo para reducir las muertes por accidentes de tráfico.
En 2008 se celebraron ceremonias de rememoración y otros actos en países como Argentina, Australia, el Brasil, Brunei Darussalam, el Canadá, los Estados Unidos, Filipinas, la India, el Japón, México, Nigeria, Sudáfrica y Uganda, y en casi todos los países de Europa.
Los accidentes de tráfico matan alrededor de 1,25 millones de personas al año. El 90% de esas personas se encuentran en países de ingresos medianos y bajos. Esos accidentes son la principal causa de muerte de los jóvenes de entre 15 y 29 años. Casi la mitad de la totalidad de las víctimas fatales de accidentes de tráfico son peatones, ciclistas y motociclistas.
Pero estas pérdidas humanas, económicas, sociales y de salud derivadas no son inevitables. Hay datos que confirman que las lesiones causadas por los accidentes de tráfico pueden prevenirse.
Mensaje del Secretario General 2016
Hoy, como cada día, perderán la vida más de 3.400 personas en las carreteras del mundo, muchas de ellas hombres y mujeres jóvenes que apenas acaban de comenzar su vida adulta. El Día Mundial en Recuerdo de las Víctimas de Accidentes de Tráfico es una oportunidad para reflexionar sobre esta trágica pérdida.
Hoy en día, son demasiados los países que no prestan atención eficaz a las víctimas de accidentes de tráfico tras los siniestros, y muchos tampoco los investigan a fondo ni ofrecen una reparación justa a los heridos y demás afectados.
En el mundo existen grandes disparidades en el acceso a la atención de urgencia. En torno al 90% de las víctimas por accidentes de tráfico se producen en países de ingresos bajos y medianos, en los que, si los sistemas de atención de urgencia de heridos graves alcanzaran el nivel que tienen en los países donde mejor funcionan, se calcula que se podrían salvar unas 500.000 vidas al año.
Fuente: un.org