Siempre nos ha conmocionado las grandes catástrofes ocurridas en el mundo. Entre éstas se encuentran las producidas por explosiones en las industrias como en el caso de, Texas City (EEUU) en 1947; Cubatao (Brasil) en 1984; Bhopal (India) en 1984; Acha Ufa (Rusia) en 1989; Toulouse (Francia) en 2001 y Hertfordsire (Gran Bretaña) en 2005 que han generado miles de muertos en total, pérdidas millonarias y daños verdaderamente graves para el medio ambiente.
En la Unión Europea cada año se producen más de 2000 explosiones de polvo o gas como consecuencia de su almacenamiento, manipulación y elaboración con materiales combustibles.
El riesgo de explosión, ya sea debida a gases/vapores inflamables o a polvos combustibles se da en los más diversos y variados procesos, afectando a múltiples sectores como pueden ser el agroalimentario, fabricación de muebles y procesado de maderas, textil, químico, reciclado, energético, biomasa, petroquímico, etc.
En caso de explosión, los trabajadores se hallan en peligro por los efectos de las llamas o presiones incontroladas en forma de radiación térmica, llamaradas, ondas de choque y proyección de cascotes, así como productos de reacción nocivos, y por falta de oxígeno para respirar.
En este marco las Directivas ATEX (Atmósferas Explosivas) establecen las medidas necesarias para garantizar la seguridad frente a las explosiones. Como Atmósferas Explosivas se conoce al conjunto de Directivas Europeas que regulan las atmósferas potencialmente explosivas.
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Guía Técnica para la Seguridad y Salud en Atmósferas Explosivas
Prevencionar México te comparte este documento como una guía de buenas prácticas. En México existen reglamentos y Normas Oficiales Mexicanas que deben cumplirse de forma obligatoria.